DCEASED: El Ataque de los Tecno- zombis

 

Si bien en DC Comics no han tenido buenas adaptaciones cinematográficas de sus personajes emblema en los últimos tiempos, presentando películas que hacen derramar la bilis, llenas de momentos risibles y que traicionan la esencia de sus personajes (sí, nos referimos al momento Martha en BvS) las películas animadas sacan la casta, por lo  que nos han entregado verdaderas joyas de la animación y que nos hacen ver que en ese terreno DC Comics es el rey. En lo que a su mercado original se refiere, han terminado por presentar historias más maduras e incluso más complejas, reafirmando una vez más que las historietas no son sólo para niños. Uno de los ejemplos más claros de eso es la mini- serie DCeased. Esta historia nos presenta una realidad alternativa en la cual un tecno- virus termina por infectar a la mayoría de la población mundial.

Durante los primeros instantes en que el virus es liberado, una gran cantidad de súper- héroes son infectados, entre ellos el más importante de todos: Batman. No se dice esto para echarle tierra a Superman, pero al momento en que Batman es infectado, las posibilidades de que se encuentre una cura para el virus se vieron minadas. Bats, como es su naturaleza, saca la casta aprieta los dientes y utiliza el poco tiempo que le queda en poder descubrir lo más que pueda sobre el virus y darle esa información a sus súper amigos. Supes intenta consolar a Damian, el hijo incómodo de Bats. Damian pasa de ser un prepuberto dramático, a ser el nuevo Batman pues recibe de manos de Alfred el manto del murciélago. Esta imagen recuerda aquella famosa escena de la serie animada de La Liga de la Justicia en la cual los miembros de La Liga son convertidos en niños, y vemos cómo el convertirse en Batman involucra la pérdida de la niñez.

Hay un detalle que no va a gustar a muchos y es que el bien amado Dick Grayson, el playboy por excelencia del universo DC es de los primeros en caer, y junto con el resto de la Bati- familia atacan a Bats provocando la infección del caballero de la noche. El buen Dick siempre huye de su destino. El buen Ricardo Tapia pasó de ser ese niño que se pasea en bikini a convertirse en uno de los súper- héroes más populares del universo DC, pasó de ser un niño un tanto inocente a ser de los primeros en plantarle cara a Batman y verlo por lo que es; son estas, pues, algunas de las razones por las que verlo convertido en un tecno- zombi le parte el corazón a uno.

La humanidad está condenada, las infecciones crecen por segundo y la peor de las noticias cayó como balde de agua fría, como balance en ceros en la tarjeta, como la cruzazuleada en la final contra el América: Flash se infectó. Si el virus se esparcía a gran velocidad, Flash le metió nitro. En nanosegundos Flash habría de acabar con la población mundial si no es destruido. Para no arriesgar a ningún otro de los velocistas del menguante universo DC, Supes decide detenerlo él solo, ¿su plan? Volar en la dirección contraria de Flash y provocar un choque con él y así cortar esa veloz cadena de contagio. Una de las principales fallas en el argumento se da en esta situación. No es posible que la solución de Supes sea tan simple y tan descuidada. Flash no es invulnerable por lo que explota en pedacitos, y los huesos de sus dedos se incrustan en el pecho de Superman. Esto provoca que el ser más poderoso del planeta se infecte y el detenerlo se convierta en una misión imposible. ¿Quién iba a pensar que la invulnerabilidad de Superman es selectiva?

Sabiéndose condenados, los héroes buscan una manera en la cual acabar con Superman por lo que Alfred revela una serie de planes de contingencia que Batman había creado para abatir a todos los miembros de La Liga en caso de ser necesario, y le muestra a Damian dónde en el cinturón utilitario está almacenada la kriptonita. Diana da un paso al frente y hace ver lo obvio, por más rudo, mal encarado, desconfiado y sin importar que tanto pavor provocaba Batsy, no era un asesino por lo que dicho plan sólo buscaría contener a Superman. Diana, como la gran amazona que es, toma control de la situación y decide enfrentar al hombre de acero en un duelo a muerte. Diana refuerza la hoja de su espada con kriptonita para buscar de esa manera abatir al último boy scout. Está de más decir que el plan falla, Supes convierte a La Mujer Maravilla en un tecno- zombi.  

Diana revela el origen del virus y al paciente cero pero mencionar quién es ya sería demasiado spoiler, por lo que la única oportunidad que le queda a la humanidad es huir hacia las estrellas. Como en cualquier pleito de vecindad, la policía llega tarde, ya cuando se acabaron los chingadazos, y aquí sucede lo mismo, vemos a la Green Lantern Corps llegar con todos los pesos pesados de la corporación y Guy Gardner a poner el planeta tierra en cuarentena. Con una excelente narración por parte de la ganadora del Pulitzer Lois Lane y con un final lleno de optimismo, vemos cómo dos arcas cargadas de seres humanos se dirigen hacia el espacio, la frontera final.

La historia se condensa en seis números cargados de sorpresas y acción. Esta historia llena de zombis es bastante oscura, para un público maduro. Lo cual permite a todos aquellos que no están familiarizados con los comics ver a los héroes de DC bajo una óptica un tanto diferente. Nos permite ver qué pasaría si en dicho universo faltara la trinidad, y está de más decir que no sería una panorama para nada optimista. El escritor Tom Taylor y los artistas Greg Capullo, FCO Plascencia y Trevor Hairsine nos entregan una combinación entre una serie de ciencia ficción – horror, y una película de zombis de Romero con su buena dosis de mallitas y momentos dramáticos. Esperemos que en el futuro DC nos entregue una fiel adaptación animada que permita pasar el trago amargo del “Snyder Cut”.