La televisión ha cambiado de forma irreversible. Hoy en día,
ya hay tantos sitios de streaming como casas productoras y distribuidoras de contenido,
algunos han fallado como el servicio y el contenido original de Youtube Red,
otros han sido un verdadero éxito, como Disney Plus, y no podemos negar que el
padre de todos ellos (Netflix) sigue siendo el rey. En los últimos tres años la
cantidad de sitios se han duplicado, lo que provoca que cada vez el contenido
tenga que ser de mejor calidad y de gran variedad para poder cautivar a los millones
de suscriptores alrededor del mundo. Uno de esos sistemas de streaming es
Starz, no lo confundan con Star Plus (donde fue a parar todo el contenido un
tanto maduro y por ende más divertido de la diabólica casa del ratón) que luego
les pasa como a mí, que lo contraté por accidente… pero terminó siendo un
accidente en verdad afortunado, ya que tuve la oportunidad de ver el estreno de
Heels, una serie que se desarrolla en el mundo de la lucha libre, o como tienen
a bien los gringos de llamarle wrestling. Esta historia se centra en la
dinámica de proporciones bíblicas entre dos hermanos gladiadores. Uno es el
bueno (face) llamado Ace Spade, interpretado por Alexander Ludwig, y el otro el
rudo (heel), Jack Spade, interpretado por Stephen Amell, quien también es el
hermano mayor y encargado de DWL, la promoción independiente en la cual
trabajan y que fue fundada por su finado padre, Tom Spade.
Desde los primeros minutos se siente la tensión entre los hermanos y esa rivalidad bastante marcada que se ve
influenciada por los sueños de grandeza de Ace y por un inescrupuloso cazador
de talento llamado Wild Bill Hancock, quien es un luchador retirado oriundo del
pueblo sede de la DWL. Ace busca abandonar la promoción e irse a la empresa más
poderosa del mercado, el nombre de la misma no se menciona, pero los fans del wrestling bien pueden inferir que se trata de la siempre poderosa WWE. Si bien Jack interpreta
al villano arriba del ring, es el más centrado y responsable de los dos, busca
sacar a flote la promoción al tiempo que lidia con todos los problemas que
conlleva administrar un negocio propio de ese tipo y que en ocasiones tienen a
mal afectar la dinámica familiar, Ace es todo lo contrario a su hermano: un
tanto egoísta, caprichoso y con un comportamiento digno del patán más mamador
que se puedan imaginar.
El primer episodio marca el tono de la historia y cómo se ha
de desarrollar la misma. Si son fans de la lucha libre, bien vale la pena el
que le den una oportunidad a esta serie que le rinde homenaje a esas pequeñas
promociones regionales independientes que se mantienen a flote y que vivieron
los turbulentos años ochenta llenos de incertidumbre ante la expansión del territorio
de Vince McMahon jr. El espectador también se dará cuenta de un par de secretos
importantes que son parte del negocio y que los luchadores de la vieja guardia
llegan a puntos un tanto drásticos a veces para no revelarlos y dañar el atractivo
de la industria. Los episodios, en promedio de 50 minutos, están cargados de
emociones y de un alto grado de dramatismo los cuales refuerzan y marcan la
pauta a seguir en la historia. Si no son fans de la lucha libre, igual dense la
oportunidad de disfrutar de esta historia tan llena de emociones, gritos, historias,
romances, sangre, sudor y lesiones como en una función de lucha libre.
Comments
Post a Comment