Venom es uno de los personajes más emblemáticos del mito del
arácnido, y uno que alcanzó niveles de popularidad increíbles en los noventas, y
mucho tuvo que ver la larguísima saga de Maximum Carnage. Creado a mitad de los
ochentas, no fue hasta que David Micheline y Todd Mcfarlane le metieron mano
que se delineó el simbionte villano- anti héroe que todos llegamos a conocer, y
que nos llegó a gustar. Durante años se esperó la aparición del simbionte en las
películas y cuando se dio, fue una verdadera decepción para los centenares de seguidores
del alienígena y Eddie Brock. Años después y con cierta urgencia por parte de
Sony de mantener los derechos a los personajes ligados al universo Marvel y al
trepa paredes favorito de todos es que llegó Venom a los cines y si bien no es
una película de 5 estrellas, sí tuvo sus momentos interesantes, divertidos y
hasta intrigantes.
Este año, al tiempo que parece que el mundo recupera el
rumbo es que nos llega la segunda entrega en la saga del simbionte, Venom: Let
There Be Carnage, un título que promete y que nos hace recordar la mítica saga
de los 90’s, sólo que desde el inicio ya tiene una desventaja y es que el
Hombre Araña no aparece en esta película. El diseño del simbionte es un poco
más apegado al cómic (aunque Carnage sí parece un clon en tonos carmesí de este),
no una copia en gris y negro de Spider- Man. Pero, ¿es una película que vale la
pena ver? Escuchen nuestras opiniones en el podcast de La guarida del Geek.
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