¿Qué de bueno tiene El Legado de Júpiter que haga que valga la
pena ver la serie? Para empezar que es una serie inspirada en un cómic que fue creado por una de las plumas más importantes y prolijas de los cómics en los últimos 20 años: Mark Millar (sin no están
familiarizados del todo con su trabajo, es el escritor de Kick Ass, Kingsman, Superman: Red Son, The Authority, The Ultimates, y muchos otros títulos más) e ilustrado por Frank Quietly, cuya larga carrera en el medio lo ha visto convertirse en un frecuente colaborador de Grant Morrison. La historieta fue publicada por Image Comics. Es una mini serie de diez números que nos
cuenta la historia de un grupo de superhéroes que adquieren sus poderes luego
de viajar a una isla, y de cómo utilizan sus poderes para hacer el bien. La historia
se centra en la familia Sampson: Utopian el Superman de este universo, el cual
comparte todos los valores y poderes del hombre de acero y que, a la vista de
muchos lo hace un personaje un tanto anticuado y que no está en contacto con el
mundo actual. Lady Liberty, la segunda esposa de Utopian y sus hijos: Grace y
Brandon quienes tuvieron una infancia difícil y fuera de lo común y de los
cuales se espera que logren llenar los zapatos de sus padres, cosa que,
evidentemente, no sucede.
Grace se ha convertido en una modelo que vive alejada de sus padres y termina involucrándose con el hijo de un villano otrora camarada de Utopian, Lady Liberty y los demás miembros fundadores de The Union. Brandon intenta seguir los pasos de su padre de una manera bastante torpe debemos agregar, lleno de excesos e irresponsabilidades que lo convierten en un héroe no tan súper, cosa que en la serie se deja un tanto de lado y nos hace recordar un poco a Invencible y sus torpes intentos en el mundo de las capas, los trajes de spandex brillantes y las máscaras. La historia, a diferencia del cómic, se desarrolla tanto en el pasado como el presente, vemos cómo Sheldon Sampson, su padre y su hermano Walter, mejor conocido como Brainwave, lo perdieron todo en la caída de la bolsa de 1926, y cómo por medio de una serie de visiones se da cuenta de la existencia de la isla. Sheldon Sampson le hace honor a su nombre pues va tras una utopía y cree a pie juntillas la idea de que su nación y el “American way” son correctas, sin darse cuenta que el mundo ha cambiado y que tanto él como varios de sus compañeros de la primer generación están fuera de sintonía con lo que un mundo moderno adolece. Esos “saltos temporales” dañan el desarrollo de la historia hasta cierto punto pues mezcla los sucesos de Jupiter’s Legacy con Jupiter’s circle, cosa que para aquellos que no están familiarizados con el cómic puede resultar un tanto tedioso y por lo mismo decantar en engorrosas comparaciones con las series producidas por Amazon Prime y que han tenido un éxito arrollador y hacer ver la historia como una copia inferior, sin embargo, si los productores se apegan a la historia del cómic, veremos que el desarrollo y desenlace de la historia son un viaje que bien vale la pena emprender, en especial si se es fan del género.
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