Hace 29 años se publicó el cómic de La Muerte de Superman. Un evento que fue tan importante que se cubrió en los medios de comunicación, en los periódicos, y hasta revistas de espectáculos o política de la época. El primer super héroe estadounidense había fallecido, sucumbió a sus heridas tras la épica batalla contra Doomsday que devastó la mitad de los Estados Unidos. En México la extinta Editorial Vid recopiló el magno crossover en un tomo único. A mis once años me sorprendió lo gráfico de la batalla, la manera en que cada personaje de la Liga de La Justicia (menos los pesos pesados: Batman, Wonder- Woman, Green Lantern, Flash, Aquaman, ) fue apaleado, Martian Manhunter era Bloodwynn en aquel momento, a tal grado que trapearon el piso con ellos: véase Blue Beetle, Guy Gardner, y Booster Gold.
Creado por Jerry Siegel y Joe Shuster, el personaje apareció por primera vez en Action Comics #1 en 1938, se convirtió en el arquetipo del superhéroe y muchas otras editoriales imitaron al personaje intentando replicar el éxito avasallador que tuvo el personaje, sin lograr siquiera acercarse a la popularidad e importancia del último hijo de Kriptón. Si bien el personaje es un tetazo de lo peor, representaba todo lo “bueno” de la cultura gringa de la época: Un inmigrante que llega al país, una pareja de la mediana edad sin hijos pero de buen corazón lo cría, le dan un fuerte sentido de la moral, de la ética, de lo que es bueno y lo que es malo, y de esa manera el alter ego de Clark Kent se vuelve el campeón defensor de la democracia y el estilo de vida estadounidense que habría de enfrentarse incluso a los enemigos de Estados Unidos en la segunda guerra mundial. Sus poderes, en ocasiones exagerados más allá de lo que el argumento solicita, esa aura de invencibilidad que lo acompañó por décadas se acabaron cuando le llegó el día del juicio, cuando llegó Doomsday, un alienígena con una sola neurona que grita muerte, violencia, destrucción y que obliga a Supes a romper su código moral. Fue tan impactante el cómic que recuerdo que en la escuela se prohibió la historieta, así como se prohibieron en su momento las pulseras de la amistad, las de chinitos, los chupones de plástico en todos sus colores y tamaños, las cintas de colores chillantes en los tenis, los tenis de color negro, las sudaderas de equipos deportivos, los Trolls, los llaveros de cintas de plástico que debían tejerse, e infinidad de cosas que iban en contra de la moral y las buenas costumbres que imperaban en la escuela católica a la que asistía en aquella época.
En su momento los fans, los lectores acérrimos de cómics
presenciamos cómo se escribía la historia. En aquellos ayeres todos pensábamos
que nunca volveríamos a ver al personaje solo para resucitar al año siguiente
pues la naturaleza de los cómics así es. Hoy en día esa historia no tendría el
impacto, la relevancia que tuvo a finales del siglo pasado, y es que muchos pensamos que el día que murió Superman
murió el sueño americano, y el mundo no habría de volver a ser el mismo...
Comments
Post a Comment