Cuando se anunció que Netflix estaba preparando un live action de Cowboy Bebop tuve mis reservas, las cuales se incrementaron cuando supe que el protagonista sería John Cho; para muchos, famoso por haber interpretado a uno de los dos chicos MILF en la saga de American Pie allá por finales de los 90’s, principios de los 2000’s. El primer episodio fue bastante fiel a la serie animada, aunque si debo ser honesto, una parte de mí esperaba que Spike gritara “¡MILF!” A partir del segundo episodio el live action empezó a trazar su propio camino para de esa forma crear un universo que guarda grandes similitudes con el anime. Netflix nos entregó una historia que en esencia podríamos decir que es la misma, en los detalles difiere bastante con la versión original, dichos cambios provocan que al final la historia tome otro rumbo.
Esa única combinación de ciencia ficción con un western, con un film noir acompañado a ritmo de jazz hacen que esta versión esté a la par del anime que fue la sensación a finales del siglo pasado. A diferencia de los otros intentos de Netflix que se quedaron cortos, en muchos sentidos podríamos decir que Cowboy Bebop llenó todas las expectativas que a su alrededor se habían creado por lo que fue una verdadera sorpresa el leer que habían cancelado la serie, y es que, sin duda alguna, les tocó pagar los platos rotos luego de tan malas reseñas y sendos fracasos que llegaron a tener al adaptar populares animes en series de live action. Y así como sucede muchas veces con el rey de las plataformas de streaming, es lamentable que cancelen la serie y dejen a los espectadores en vilo sin un final claro, sin una resolución del conflicto que se desarrolló a lo largo de diez episodios.
Ya no podremos saber qué sucedería con Spike Spiegel y sus compinches luego del giro argumental que impactó a los que somos fanáticos del anime original, y que alteraba de forma irremediable la dinámica entre los protagonistas. Por lo menos nos queda el consuelo de que siempre tendremos el anime para aliviar nuestras penas a ritmo de una pieza musical con un compás rápido, complejas progresiones de cuerdas y cambios de tono, degustando un buen whisky y así despedirnos de nuestro caza recompensas espacial favorito.
Nos vemos, vaquero espacial...
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